Aprendiendo de… “La Nación”
Acaban de ganar un galardón internacional al buen periodismo digital y rebosan con razón de orgullo: nos paseamos por las oficinas del diario La Nación en Buenos Aires a la caza y captura de las razones de su éxito.
Entre los premios de más renombre en el mundo del periodismo digital se encuentran los que anualmente entrega la Online News Association (ONA). De especial interés resulta aquí la categoría Excelencia en Periodismo Digital en sitios que no publican en inglés, ya que centra por una vez la atención del sector mediático en lo que se produce más allá del horizonte estadounidense.
En 2010, ha sido la web del rotativo argentino La Nación la que se ha hecho con la victoria en la citada rúbrica. El periódico conservador se impuso ante dos fuertes competidores: el español El País y la página del brasileño g1globo.Ya la pasada edición fue un portal hispanohablante el que se llevó el reconocimiento de la ONA: soitu, que entretanto y debido a dificultades financieras ha dejado de existir. España y América Latina se están convirtiendo en verdaderos laboratorios para la experimentación en el campo del periodismo digital. No hay más que volver la vista hacia Colombia (Semana, entre otros), Chile (La Tercera, etc.) o de nuevo a la misma Argentina (Clarin y compañía). La innovación se escribe aquí con mayúsculas. Y mucho de lo que en estas regiones se hace podría tomarse como buen ejemplo.
Evidentemente, en La Nación rebosan de orgullo ante el galardón obtenido. El cristalino trofeo recorre la redacción pasillo arriba, pasillo abajo. En el mundo hispano reina la unanimidad a la hora de valorar el premio como merecido. El jurado reconoció el “periodismo de primer nivel” que practica el sitio, así como lo limpio y funcional de su diseño y destacó la navegación interactiva y atractiva de la página.
Pero, ¿cuál es el secreto del éxito de La Nación? Para esta pregunta encontramos algunas respuestas.
Nada por obligación
Pocas quejas se escuchan en la redacción de La Nación acerca de las transformaciones en el panorama mediático. Incluso la competencia habla de un “alto nivel de satisfacción laboral” entre los compañeros del periódico. Esto se debe, cree Gastón Roitberg, Secretario de Redacción Multimedia de LA NACION, a que no se ha obligado a nadie a convertirse en periodista online. Ahora, eso sí, aquellos que deseen serlo tienen las puertas abiertas. Cualquier redactor encuentra todo el equipamiento -desde una cámara Flip hasta una Canon D Mark II- a su disposición. El que quiere abrir un blog o una cuenta en Twitter, recibe la instrucción necesaria.
Impreso y digital comparten planta
Las redacciones impresa y digital de La Nación siguen funcionando por separado, pero los límites se difuminan. La mayoría de quienes trabajan en actualidad, en la llamada “área caliente”, se sientan en una gran oficina en la misma planta. En total, contando turnos de fin de semana y otros, el diario ocupa en torno a 400 personas. De las ocho plataformas digitales de lanacion.com se encargan aproximadamente 50 empleados.
Hoy por hoy, cada segundo redactor de la edición impresa suministra información a sus colegas de la web. Cuando salta una noticia de última hora- como la reciente muerte del ex presidente argentino Néstor Kirchner- aportan los compañeros voluntariamente datos al “news desk”.
Bajo la cabecera de La Nación circulan unos 50 blogs y 100 cuentas de Twitter. Tanto éste último como Facebook son en Argentina lugares para la expresión de la opinión particular. Lo hacen los periodistas, pero también los políticos, entre ellos la misma presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. O el ministro de Exteriores, Héctor Timermann, que libra en Twitter verdaderas peleas políticas.
El escepticismo de cara a Internet y a los medios sociales lo conoce Roitberg muy bien. “Hace sólo un año se reían de mí cuando hablaba de Twitter en las reuniones”, dice. Ahora se trata de unos de los principales canales de comunicación en el país latinoamericano.
Gastón Roitberg sobre el perfil del periodista multimedia
El no obligar a los empleados a realizar tareas en la Red ha resultado ser la estrategia correcta. Muchos empezaron por sí solos a experimentar con un blog y se vieron superados por la resonancia que sus entradas provocaban. Sobre el trabajo adicional que bloguear supone no se lamenta casi nadie en La Nación. Todo lo contrario: algunos escriben incluso fuera de su horario de trabajo. El éxito es la mejor motivación.
Apuesta por lo digital
También en Internet debe un periódico histórico como La Nación brillar con todo su esplendor, decidió la directiva del rotativo. Con siete millones de visitas, el portal de este diario es, tras el de Clarín, el segundo con más tráfico de Argentina. El departamento digital es rentable desde 2006. Para ello se hace uso de las formas de ingreso tradicionales que ofrece la web, pero también se generan ganancias a través del Club La Nación.
En permanente formación
La reestructuración de la redacción, aún así, no fue barata. Cada trabajador recibió una semana de formación. ¿Cómo funciona WordPress? ¿Qué es ‘embedded’? ¿Y los ‘creative commons’? ¿Para qué sirve Twitter, cómo se le cuelgan sonidos?
“El objetivo era que la gente dijera ‘¡qué bueno poder usar estas nuevas posibilidades!’, y no ‘todo esto lo tengo que aprender’”, comenta Flor Coelho, miembro del pequeño equipo que organiza e imparte los cursos. Quien desea escribir un blog, recibe ayuda. El espectro de temas que cubren los blogs de La Nación es muy amplio. Los empleados del archivo, por ejemplo, han resultado ser apasionados bloggers, dedicados a cuestiones históricas.
Flor Coelho sobre los talleres internos
Valoración del trabajo
Por mail, a través de Facebook o de Twitter, se ocupan Flor y sus compañeros de mantener al resto de la plantilla informada de las novedades en el mundo del periodismo digital. El que quiere probar nuevas herramientas se dirige a ellos. De motivación sirven también los premios internos que concede el equipo de formadores. Las categorías van desde “mejor blog” a “mejor vídeo”, pasando por “mejor noticia de última hora”.
Equipo multimedia
Claro que en La Nación también domina el realismo y se sabe que no de todo empleado se puede hacer un crack de Internet. Esto no se contempla, sin embargo, como un problema. No son necesariamente los periodistas quienes tienen que producir los contenidos en los diferentes formatos, sino que estos pueden servirse del saber de sus compañeros. Para eso está el equipo multimedia, formado por 12 personas entre las que se cuentan camarógrafos, fotógrafos y diseñadores gráficos. Y se prevé igualmente la próxima contratación de un programador que se ocupe del “periodismo de datos” (data journalism).
Planificación conjunta
Coordinador del trabajo operativo y responsable del contenido en La Nación es un editor. A sus órdenes están un encargado de la oferta impresa y una encargada de la digital. Si el tema es relevante, la planificación se realiza conjuntamente y con el apoyo del equipo multimedia.
El fin del proceso de reestructuración sigue quedando lejos, reconoce Roitberg. Pero el camino elegido es el bueno: el periodista que lo hace todo constituye en La Nación una excepción. Tampoco es lo que se busca. “Nos interesa mucho más que los compañeros sean capaces de pensar y planear temas de manera multimedia”.
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