Cobertura de elecciones: antes de los comicios
Los procesos electorales representan en cualquier país democrático, o en vías de serlo, el punto álgido de la actividad política. Las campañas pueden ser reñidas o mostrar tendencias claras; pueden brindar un espacio al debate constructivo u ocasionar inestabilidad y división social.
En este devenir, los medios de comunicación juegan un papel destacado. A través de ellos se exponen los temas, se presentan partidos y políticos, se dan a conocer promesas e ideas, se explica el funcionamiento del sistema. Además, la prensa tiene la obligación de vigilar el transcurso de los acontecimientos y denunciar irregularidades, y debe servir de foro para que los votantes manifiesten su opinión.
La responsabilidad de los medios es, por lo tanto, elevada. La calidad y la ética del trabajo periodístico adquiere especial importancia, por ello, iniciamos una serie dedicada a la cobertura de elecciones. En la primera entrada, Kate Hairsine nos describe lo que informador debe y no debe en la fase preelectoral.
Conoce el proceso electoral. Tal vez parezca obvio pero para cubrir un unos comicios has de tener claro las condiciones en las que se desarrollan. De lo contrario, no podrás detectar los problemas y las fallas. A continuación, una lista de cosas que tienes que saber:
– Cómo se ha procedido al registro de electores.
– Qué restricciones se han impuesto al derecho al voto: a no nacionales, a personas con deficiencias mentales, a presos, etc.
– Qué requisitos se han establecido para el registro de candidaturas. ¿Han podido presentarse todos los aspirantes? En caso negativo, ¿por qué?
– Qué reglas se han fijado para la financiación de la campaña. ¿Están los partidos obligados a hacer públicas sus cuentas? ¿Hay alguna limitación a la cuantía de las donaciones? ¿Se destinan fondos públicos?
– A qué normas han de atenerse los votantes.
– ¿Se ha informado a los ciudadanos con suficiente antelación de la fecha de las elecciones?
– Qué persona o institución es la encargada de imponer multas a los partidos políticos que infrinjan la legislación.
– ¿Existe alguna organización, del tipo de una comisión electoral, que sea independiente del gobierno?
– Quiénes se sientan en la directiva de esa organización.
Sé ecuánime. Ser ecuánime a la hora de informar significa mantener un equilibrio de voces. La promesa hecha por un candidato debe ir acompañada de la opinión de los votantes y de los políticos contrarios. Especialmente si la cuestión es controvertida la gente ha de recibir la oportunidad de responder. Se le puede prestar más atención a un partido por algún motivo justificado o un acto significativo. Pero motivos y actos similares de las otras formaciones han de recibir la misma cobertura.
Céntrate en los temas, no en los políticos. Las campañas electorales se ven con demasiada frecuencia dominadas por unas pocas figuras. Evítalo. Una forma fácil de hacerlo es colocando el foco no en lo que dicen los políticos acerca de lo que quieren hacer por la gente, sino en lo que la gente espera que digan y hagan los políticos. La idea es convertir a los votantes en protagonistas. Esto destaca las diferencias entre las ofertas programáticas y ayuda a los ciudadanos a tomar una decisión más fundada el día de la cita con las urnas. Por lo tanto,
– encuesta a un grupo de personas lo más amplio posible: hombres, mujeres, jóvenes, mayores, cualificados, analfabetos, ricos, pobres…
– descubre qué opinan acerca de los temas principales de la campaña.
– pregunta a los políticos qué soluciones ofrecen para cada caso concreto.
– si es posible, habla con expertos independientes y miembros de organizaciones sociales acerca de lo que ellos proponen.
En el libro Media & Elections encontrarás más información sobre este asunto.
Contextualiza los discursos políticos. Si has acudido al acto de campaña de algún candidato, no te conformes con reproducir su discurso. Eso te convierte en su vocero y tu papel es otro. Contextualiza y transmite una visión completa del evento:
– di dónde ha tenido lugar
– estima cuántas personas han acudido
– describe al público: hay más hombres, más mujeres; es gente joven, mayor; son clase baja, media, alta; obreros o directivos; proceden de la zona o se trata de grupos de apoyo desplazados especialmente para la ocasión…
– pide a los asistentes que comenten lo que han escuchado
– pregúntales qué han echado a faltar en el discurso y qué les ha parecido especialmente importante
– investiga e indica cuántas promesas ha cumplido el orador hasta el momento
– incluye en tu reportaje la opinión de otros políticos y votantes acerca de lo que se ha dicho en el acto
Ten cuidado con los discursos incendiarios. A veces, los políticos recurren a un lenguaje agresivo e incluso al insulto directo para descalificar a sus competidores o a grupos sociales y étnicos cercanos a partidos rivales. Con el fin de evitar un posible estallido de violencia, es importante informar con mucha mesura sobre este tipo de manifestaciones.
– Equilibra tu reporte dándole voz a las víctimas de los ataques.
– Pregunta sobre el tema a la gente común (mi experiencia es que las palabras desmedidas suelen indignar a los ciudadanos).
– Intregra en el texto el llamado a la prudencia de algún famoso o persona de categoría moral (párroco, músico, futbolista, activista por la paz).
Alaniza al gobierno, y también a la oposición. Ante el temor a ser acusados de partidistas, muchos informadores tienden a criticar sólo la labor del gobierno. El comunicador debe de estudiar la labor del Ejecutivo saliente: ¿ha cumplido sus promesas? ¿Mejoró las infraestructuras como aseguró que haría? Pero los comunicadores han revisar igualmente el papel de la oposición: ¿mantuvo en los debates una postura constructiva? ¿Presentó alternativas o sugerencias?
No te olvides de los pequeños. Muchas coberturas sólo le dan seguimiento a los partidos políticos grandes. Recuerda a las terceras fuerzas. Tal vez sean importantes para ciertos colectivos o regiones. Además, nunca se sabe quién puede llegar a ser decisivo si las urnas no arrojan un resultado claro y se ha de formar una coalición de gobierno.
No hables sólo con los responsables. A veces, los periodistas tienden a preguntar exclusivamente a los cargos oficiales. Pese a que su valor como interlocutores es innegable, pueden estar interesados en maquillar ciertos desperfectos y sostener que todo está bajo control.
– Recauda opiniones sobre los comicios entre organizaciones sociales y observadores electorales.
– Mejor aún, habla con grupos afectados. Por ejemplo, si vas a entrevistar a algún miembro de la comisión electoral acerca del funcionamiento del transporte el día de las elecciones, dirígete previamente a colectivos de discapacitados para saber si han sido informados sobre cómo llegar a los colegios electorales.
– Coloca en tu pieza primero las declaraciones no oficiales y luego las oficiales. No sólo estarás practicando un periodismo mejor, sino más atractivo.
No asistas a fiestas de partidos, ni vistas sus camisetas o colores, ni portes su propaganda. Da igual lo identificado que te sientas con una formación o político: haciendo alarde de esa afinidad menoscabas tu credibilidad como periodista. Muchas personas no hablan con informadores de los que saben que simpatizan con determinados partidos. E incluso si tu declinación no influye en tu trabajo, la gente no te percibirá como una fuente veraz.
No propagues rumores. Lamentablemente, los rumores se convierten con demasiada frecuencia en información. Difundir datos falsos o incorrectos tergiversa la realidad y puede originar conflictos durante un periodo electoral. ¡No lo hagas! Evita utilizar datos a menos que un mínimo de dos fuentes solventes los corroboren.
Encontrarás más sobre este tema en la web de la UNESCO.
Y recomiendo también el Election Reporting Handbook, de la Federación Internacional de Periodistas.
La segunda entrada girará en torno a la cobertura el día de las elecciones.
Kate Hairsine
Traducción: Luna Bolívar