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¡Cámara, acción, workshop!

Plagados de séptimo arte estuvieron los pasados días en Berlín. La capital alemana acogía una nueva edición de su festival internacional de cine Berlinale, y por noveno año consecutivo la DW Akademie aprovechaba el marco único que ofrece el certamen para convocar a managers y organizadores de eventos fílmicos de Asia, África y América Latina a un workshop. Como en ocasiones anteriores, la hoja de ruta del encuentro incluía discusiones sobre estrategias de planificación y publicitarias, sobre el mejor modo de impulsar la producción cinematográfica en regiones en desarrollo y acerca de la forma más óptima de establecer redes que amplifiquen el impacto del trabajo en este campo. Tres de los participantes en el entrenamiento de DW Akademie eran latinoamericanos.

“Hacer cine no es otra cosa que en reunir a gente y compartir con ella una serie de experiencias. La Berlinale se basa en este principio. Es un festival muy bien organizado que nos permite relacionarnos con personas de todo el mundo, personas con trayectorias muy distintas pero unidas por una misma razón: el cine”, decía la brasileña Carla Maia. En general, el festival germano recaudó entre los latinos críticas positivas. “La Berlinale es un mundo aparte”, constataba el paraguayo Max Branco, “la logística es espectacular y creo que este año el público va a ver cumplidas todas sus expectativas”. “Divertida y abarrotada”, definía la argentina Agustina Arbetman la cita cinematográfica alemana. “Buenas películas y fiestas entretenidas”, añadía.

Y también la ciudad anfitriona recibía halagos de los invitados llegados del otro lado del Atlántico. “Berlín es muy acogedora. La gente en la calle siempre está dispuesta a ayudarte, el transporte público funciona muy bien, aunque a veces es un poco complicado, y la vida nocturna es animada y diversa”, describía Branco. “En este lugar todo resulta inspirador, estimulador, creativo”, apuntaba Maia.

Pero no para que elogiaran a la dirección de la Berlinale ni a la administración municipal había congregado DW Akademie a los cinéfilos. El objetivo principal era que extrajeran del contacto con terceros enseñanzas a aplicar en las muestras propias y, según parece, el fin se puede dar por alcanzado. “Definitivamente, la Berlinale y el workshop me han abierto los ojos acerca de muchos problemas que aquejan a nuestro festival en Paraguay”, aseguraba Branco, mientras que Arbetman volvía a insistir en lo enriquecedor del intercambio a nivel internacional.

Durante cuatro semanas tuvieron la oportunidad los participantes en el workshop de echar un vistazo tras las bambalinas de uno de los eventos culturales y mediáticos más importantes de Alemania. Pero la estancia en tierra germana no constó sólo de glamour y festejo. Muchos días fueron largos y estuvieron repletos de actividades. La rigurosa agenda incluía seguir las ruedas de prensa de la Berlinale, conversar con especialistas de otros festivales y debatir cuestiones de fondo con expertos en el mundo del cine y su variante comercio-promocional.

Además de pulir técnicas de comunicación y presentación, con el entrenamiento se buscaba dotar a los presentes de herramientas que les ayudasen a definir el perfil de las muestras fílmicas de las que son responsables en sus países de origen. Ventas y distribución, obtención de financiación y criterios para la selección de películas fueron algunos de los temas centrales tratados, ya que es la gestión eficaz en estos ámbitos la que garantiza el cupo necesario de patrocinadores, productores cinematográficos y audiencia.

Impresiones del taller

Y con todo, ésta no fue la única colaboración entre DW Akademie y la Berlinale. La academia tomó parte igualmente en el premio CINEMA fairbindet, que se otorga a cintas que contribuyen de manera destacada a estimular el desarrollo y el diálogo norte-sur y para el que este año estuvo nominada Un chico que miente, del venezolano Marité Ugas. Aparte, a los capacidatores de DW Akademie se los pudo ver a diario en el Berlinale Talent Campus, el espacio que concede el certamen a la próxima generación de directores.

El pasado día 19 de febrero concluyó la Berlinale, lo que para los participantes en el workshop no significó ponerle el punto y final a sus tareas: antes de volver a casa cargados de nuevas ideas, a los cinéfalos aún les quedan algunas jornadas de citas evaluativas y redacción de informes individuales.

Pamela Schobess
Traducción: Luna Bolívar

Date

febrero 23, 2012

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