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Periodismo de calidad en la era digital

“Rodolfo Walsh hubiese sido un gran usuario de Twitter”

El 10 de junio de 1956 en los argentinos basurales de José León Suárez, Gran Buenos Aires, 12 civiles se enfrentaron a un batallón de fusilamiento como consecuencia de la represión de un intento de golpe de Estado contra el Gobierno de la Revolución Libertadora, que un año antes había derrocado a Juan Domingo Perón. De ellos, “hay un fusilado que vive”, escuchará Rodolfo Walsh seis meses más tarde.“Hay un fusilado que vive”, escuchó Rodolfo Walsh en diciembre de 1956.

No uno sino siete escaparon aquella madrugada de la muerte, irá descubriendo el periodista y escritor Walsh a lo largo de su investigación, que publicará primero en revistas y convertirá después en Operación Masacre, el libro que inicia el género literario de la “ficción periodística”, aunque tal cosa se le suela atribuir a A sangre fría, de Truman Capote. Operación Masacre ha sido llevada al cine, a la televisión, adaptada radiofónicamente. “Es una obra multiplataforma”, constató Álvaro Liuzzi, y decidió contarla de la manera en que aún nadie la había narrado: simultáneamente a través de Twitter, Facebook y un blog. Casi nueve meses después nació el Proyecto Walsh, un curioso proyecto multimedia.

DW Akademie: ¿Cómo surgió el Proyecto Walsh?

Álvaro Liuzzi: Yo siempre quise hacer un trabajo relacionando las herramientas digitales con la obra de Rodolfo Walsh, pero no tenía muy claro cómo. Hacia mediados del año pasado, la idea empezó a tomar forma y coincidió con una explosión del uso de Twitter en Argentina, así que el primer paso fue sacar la cuenta @rodolfowalsh. En Twitter empecé a contar en primera persona, como si hablara él mismo, la rutina de Walsh en el año 1956, y a partir de ahí nació un proyecto mayor que incluía el uso de otros medios y que con las semanas se fue transformando en esta hipótesis de qué hubiera pasado si Rodolfo Walsh hubiese contado con las herramientas digitales de las que los periodistas disponemos hoy.

 

 

Para realizar este proyecto, ¿se han basado sólo en el libro Operación Masacre o han llevado a cabo investigaciones propias?

El proyecto cuenta la historia detrás de la historia de los fusilamientos. Eso significa que tuve que analizar otros textos que me ayudaron a entender el contexto político de la Argentina de aquel momento y también del mismo autor, como por ejemplo pequeñas autobiografías en las que Walsh contaba cómo había sido su infancia y que me sirven para poner cosas en Twitter y en Facebook, o entrevistas que hicimos con personas que lo conocieron o estudiaron su obra.

¿Cómo se hace para narrar la vida de un persona a través de tres redes sociales a la vez?

La herramienta estrella es Twitter, porque es la que le da voz a Walsh. Ahí, si bien tengo que colocar cosas como ‘voy a comer’ o ‘salgo a caminar’, jugando un poco con la ficción, lo que más pongo son textos que él mismo escribió. Eso hace el relato tenga veracidad y sea realmente lo que él decía. Las demás herramientas no son tan útiles para el trabajo diario, pero sí para ir desfragmentando el libro. Volví a leer Operación Masacre tres o cuatro veces, pero con otra mirada. Y fui marcando con un lapicero los fragmentos que encajaban bien con cada herramienta. Por ejemplo: el párrafo en el que habla de donde vivían los fusilados me servía para Google Maps, así que anoté ‘GM’. Si otros los podía usar para la línea del tiempo, lo indicaba. Si Walsh se había llevado una imagen muy real de un lugar, eso se prestaba a sacarle una foto, ponerla en blanco y negro y hacer de una manera ficticia que él explica ‘estoy en tal sitio y saco una foto’.


¿Cuántas personas trabajan en Proyecto Walsh?

Una diseñadora, Romina Vázquez, la periodista Vanina Berghella y yo.

Estudiar la historia de Walsh les ha llevado nueve meses, ¿cuánto tardó él en hacer su investigación?

Cerca de tres meses: empezó en diciembre del 56 y para febrero del 57 ya había terminado. Después vienen tres meses más, desde mayo hasta julio, en los que publica en la revista Mayoría todo el libro que hoy conocemos pero por entregas, y a finales de ese año sale la obra completa.

Con nuevas tecnologías, ¿habría Walsh terminado antes?

No sé si habría terminado antes, pero podría haber encontrado otros datos de otra manera. Y, sobre todo, con la vida política que tenía la Argentina, a Rodolfo Walsh le costó mucho conseguir medios en los que publicar. Eso hoy no le habría pasado: hubiera abierto un blog y se habría ahorrado el tener que ir recorriendo redacciones. Y no lo sabemos con certeza, pero, por el modo en que está escrito Operación Masacre, yo creo que hubiese sido un gran usuario de Twitter.

¿Qué repercusión está teniendo el Proyecto Walsh?

Más de la que esperaba, la verdad es que estoy sorprendido, sobre todo del interés que ha despertado en los medios tradicionales. Y en Twitter es bastante loco. La gente conversa con Walsh, le deja comentarios y pistas para la investigación. Eso es lo que más se agradece. Twitter es un buen termómetro para medir el pulso de lo que opina el público y estoy contento porque la mayoría las críticas son buenas.


Álvaro Liuzzi
es docente en las facultades de Periodismo e Informática de la Universidad Nacional de La Plata, además de dedicarse a la asesoría de medios digitales. Es una de las primeras personas que se decidió a utilizar Twitter en Argentina y con frecuencia se le encuentra involucrado en proyectos que relacionan el periodismo con los nuevos medios, como por ejemplo Tu Bicentenario, Redacciones online y En Diagonal. Liuzzi es autor del blog Segundo Plano.

Entrevista: Luna Bolívar

Date

marzo 4, 2011

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