Abecedario para el periodista en guerra
Las guerras son peligrosas. Lo que parece una obviedad conviene no olvidarlo cuando uno se dispone a trabajar en un conflicto. Informar desde una zona en crisis significa que de las cuestiones más minúsculas puede llegar a depender la vida del reportero: de una pila tanto como de haber recibido el entrenamiento adecuado, y las dos cosas son importantes.
Ningún chaleco antibalas hace inmortal, reconocen los reporteros alemanes Wolfgang Bauer y Jonathan Stock, ambos curtidos en mil batallas. Y aún así, presentan un práctico abecedario, cuya toma en consideración se aconseja y sirve para aumentar en lo posible los niveles de seguridad:
Auto
En zonas en conflicto mueren más miembros de ONG en accidentes de tráfico que por heridas de bala. Lo mismo vale para los periodistas.
Si hay tiempo: cabe ser cuidadoso a la hora de elegir conductor; a la hora de elegir coche. ¿Domina el conductor los aspectos técnicos? ¿Cuenta el coche con aspectos técnicos suficientes? ¡Ruedas! ¡Gato! ¡Bidones de gasolina de reserva! Si es necesario, mejor cambiar de conductor (pero amablemente, para no dejar heridas abiertas).
Casco y chaleco antibalas
Los chalecos interiores sirven de poco en las guerras, ya que protegen de las balas pero no de la metralla de las granadas de mortero. Mejores son los chalecos exteriores con placas balísticas. El modelo a elegir depende del país y de las armas implicadas en el conflicto. Conviene pedir consejo. Si el chaleco está hecho a medida otorga mayor protección, pero suele ser bastante caro y tampoco hace inmortal.
El inconveniente: uno se vuelve más lento y menos ágil.
Y atención: algunos países, como por ejemplo Egipto, exigen un permiso especial para introducir este tipo de piezas.
Comida
Llevarla consigo. En las crisis sucede a veces que no hay nada para comer. En Haití me pasé una semana hambriento. Y en las crisis hace a veces acto de presencia la diarrea. La mitad de mi equipaje –viejo zorro- está compuesta de paquetes de comida hecha de poco peso.
Comunicación
En las guerras, los teléfonos celulares funcionan con frecuencia mal, a veces no funcionan en absoluto y otras sólo lo hacen en determinadas regiones/ áreas. Lo mejor es llevar varios móviles de diferentes compañías y, además:
- Un teléfono satelital (Thuraya o Iridium, dependiendo del país). No olvidar las baterías de repuesto.
- Bgan (para enviar fotos y textos, leer mails… se pueden alquilar por Internet).
¡Y probarlo todo antes en casa!
Cursos de seguridad
Algunos países los ofrecen. En Alemania, por ejemplo, pueden absolverse en el ejército y en ellos se imparten, entre otras cosas, nociones de primeros auxilios y de comportamiento ante controles de seguridad y en caso de asalto, secuestro o tiroteo. También en Gran Bretaña existen entrenamientos de este tipo, a cargo de organizaciones privadas como Centurion o Pilgrims. Estos se consideran generalmente más “duros” que los germanos, pero también son más caros.
Muchas cadenas británicas y estadounidenses, así como la Deutsche Welle, obligan a sus reporteros a pasar por un curso de seguridad antes de viajar a zonas en conflicto.
Dinero
Llevar siempre dinero en efectivo, ya que por lo general los bancos están cerrados y los cajeros automáticos no funcionan. ¿Cuánto? Más de lo que uno cree, depende del país, lo mejor es preguntar a los compañeros (en Trípolis los costes de alojamiento ascienden a unos 270 euros, ya que la prensa tiene que dormir en un hotel determinado. En Bagdad había que pagar “tasas” diarias de 300 dólares).
Conviene evitar los billetes, disponer de varias divisas distintas y que una de ellas sea siempre una moneda fuerte internacionalmente (euros, dólares, libras).
Yo suelo esconder 1.000 dólares adicionales en una riñonera. En caso de registro los encuentran fácilmente, pero ayudan si te roban el equipaje. Además, guardo 20 dólares en el bolsillo de la camisa para la rápida satisfacción de los apetitos hurtadores. Aquí, lo mismo: los 20 dólares pueden, pero no tienen porqué ser útiles.
Otra cosa importante es aclarar desde el principio con los jefes de redacción o quien contrata el reportaje si el dinero está asegurado (en caso de pérdida, robo, confiscación, etc.)
La manera segura de transportar o guardar grandes sumas no existe. Lo mejor es repartirlo entre diferentes personas/ lugares.
Los cambios de moneda es preferible llevarlos a cabo recurriendo a intermediarios de confianza.
Dormir
En las zonas en conflicto, el sueño es un bien escaso. No olvidar la mosquitera. Organizar un hogar portátil para todo tipo de terreno, libre de insectos, cubierto a la vista, susceptible de ser desplegado también en el suelo del hotel si las chinches amenazan.
Equipaje
Se recomienda una mochila. Dentro de ella, lo menos posible: tanto como puedas cargar durante largas distancias en caso de emergencia.
Escribir
Suena a una tontería, pero bajo el calor y el polvo muchas veces los bolígrafos no funcionan. ¡Llevar lápices de punta dura!
Información
En temas de seguridad:
Sos International (sólo para abonados)
main@centurionsafety.net (sólo para abonados)
Instinto
Muy puesto en duda, pero existe realmente.
Música
Fundamental para relajarse y pensar en otra cosa de vez en cuando.
Necesario y con frecuencia olvidado
- Adapatadores (tan importantes como el pasaporte)
- Tapones para los oídos (contra el sonido de las explosiones y el ruido de los generadores diesel)
- Linterna (y pilas de repuesto)
- Enchufe múltiple
- Gafas de repuesto
- Pegamento fuerte (para reparar las ventanas que protegen de la metralla)
- Imperdibles
- Navaja
- Candado con contraseña
- 10 fotos de carné para los formularios, etc.
Ropa
Nada de ropa militar, nada de ropa cara y cuidado con las prendas de nailon y el fuego (incendios, cócteles molotov): el Gore-Tex, por ejemplo, se derrite y se funde inseparablemente con la piel.
Seguros
Por lo general, los empleados fijos suelen estar cubiertos por los seguros del medio, también cuando se encuentran en zonas en guerra. Pero a muchas redacciones se les olvida la importancia de que los freelance estén asegurados. A mí me han asegurado en muchos sitios… ¡después de preguntar! Un consejo: pide echarle un vistazo a las pólizas antes de marchar.
Para las enfermedades normales y corrientes conviene tener un seguro médico de asistencia en el extranjero.
Traductor
Lo es todo. Más importante que el chaleco antibalas y el teléfono satelital y todos los demás consejos juntos. A él le confías tu vida.
El texto original fue presentado en el marco del Reporter Workshop 2011, organizado por el germano Reporter Forum, “Foro de Reporteros”, una iniciativa que se ha propuesto contribuir a mejorar la calidad del periodismo en estos tiempos turbulentos y servir de punto de encuentro para quienes hacen, fomentan, estudian o financian esta profesión.
Traducción: Luna Bolívar
1 comentario
Twitted by losqueremovivos | agosto 13, 2011
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