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Periodismo de calidad en la era digital

Para cubrir catástrofes naturales

Ciclones, inundaciones… las catástrofes naturales son fenómenos habituales en países como Bangladesh, lo que hace que aparezcan con frecuencia en los medios de comunicación. Sin embargo, abordar periodísticamente estas tragedias no es fácil: por su carácter humano, excepcional y peligroso requieren un trato especial, aseguran los reporteros Mustafizur Rahman, del New Age, un diario de habla anglosajona que se publica en Dhaka, y Iftekahr Mahmud, del Prothom Alo, el rotativo líder en bengalí, ambos con largos años de experiencia en este campo.

Comprobar el correcto funcionamiento del equipo antes de salir hacia la zona afectada por el desastre es una regla básica, pero desde luego no la única. A continuación, Riazul Islam, estudiante del máster International Media Studies de DW Akademie, llama la atención sobre otras igual de importantes y vitales.

Reportero y testigo

“Informar sobre una catástrofe natural implica desplazarse personalmente al lugar de los hechos”, recuerda Mustafizur, “sobre muchas cuestiones se pueden recopilar datos por teléfono, contactar a expertos, hacer entrevistas… Pero para escribir o hablar acerca de la fuerza destructiva de la naturaleza hay que ver con ojos propios sus consecuencias, ser testigo del sufrimiento de las personas implicadas. Tu imaginación nunca irá lo suficientemente lejos como para plasmar en tus artículos lo que realmente está sucediendo”.

Equipamiento necesario

Cubrir una catástrofe natural no sólo significa trabajar sobre el terreno, sino también que ese terreno mostrará grandes carencias: puede que no haya electricidad, ni agua potable o que los sistemas de telecomunicación no funcionen. En consecuencia, hay que estar preparado para cualquier eventualidad.

Iftekahr estuvo en Sidr y Aila después de los fuertes ciclones que en 2007 y 2009, respectivamente, asolaron estas regiones de Bangladesh. “Fundamental es que lleves contigo material de primeros auxilios, medicamentos y comida seca y agua potable suficiente”, describe el reportero, “además de tu cámara y tu grabadora, no te olvides meter el laptop en la mochila y al menos dos sistemas diferentes de conexión a Internet (por si uno da problemas), baterías de reserva, cargadores, enchufes múltiples y cables. Y si el viaje incluye algún trayecto en barco, empaca mejor tu propio chaleco salvavidas”.

Campamento base

Para poder seguir el transcurso de los acontecimientos, a veces hay que permanecer durante un tiempo en la área afectada. Eso supone organizar un alojamiento. Tener un lugar donde dormir, una especie de “campamento base”, es importante también para que tu redacción sepa dónde encontrarte si tiene que hablar contigo o mandarte cosas que puedas necesitar.

“Lo que yo suelo hacer es contactar a alguna de las ONG activas en la zona antes de partir para que me ayuden a encontrar un sitio donde quedarme”, recomienda Mustafizur.

Teléfonos imprescindibles

Una catástrofe natural no se narra exclusivamente haciendo cómputo de la devastación y describiendo el drama de la población. El reportero tiene que ir más allá: investigar las causas del desastre, comprobar que las tareas de rescate se estén llevando a cabo correctamente, denunciar en caso de que no alcance la asistencia. Para poder hacer eso hay que hablar con organizaciones, fuerzas de seguridad, autoridades locales. Antes de marchar, asegúrate de haber apuntado todos los números de teléfono que te van a posibilitar hacer las entrevistas necesarias.

Nervios de acero

Todo periodista que viaje a un lugar impactado por una catástrofe natural debe ser consciente de que va a ver imágenes muy duras. “El río estaba lleno de cadáveres, que flotaban junto a animales muertos. El mal olor y la contaminación me impedían respirar y los supervivientes se encontraban en condiciones miserables. Había momentos en los que me sentía agotado ante tanta tragedia”, cuenta Iftekahr acerca de uno de sus últimos viajes. Para hacer este trabajo, dice, se requieren nervios de acero.

Informar no es practicar el activismo

Aunque como reportero no dejas de ser humano, es importante que no pierdas de vista tus principios profesionales. Al margen de lo dramático de la situación, el periodista está ahí para comunicar los acontecimientos. Más importante que dedicarse al activismo –para lo cual ya hay personal cualificado- es indagar si se están produciendo irregularidades, si las autoridades cumplen con sus obligaciones, si existen comportamientos negligentes… sin olvidar nunca de exponer las dos partes de cada historia.

Manuales

La ONU ha publicado un manual dirigido especialmente a periodistas y medios de comunicación “interesados por tener un mejor conocimiento de la reducción del riesgo de desastres”. El documento lleva por título “Los desastres vistos desde una óptica diferente” y se sustenta en las lecciones extraídas de la erupción del Mount Pinatubo en 1991 en Filipinas, del tsunami de 2004 en el Océano Índico o del terremoto de Cachemira, Pakistán, en 2005. En él se enumeran además diversos centros dedicados a la tarea de minimizar el peligro de catástrofes naturales y se citan a expertos y publicaciones.

Tras una fenómeno de este tipo, los reporteros se suelen lanzar a la búsqueda de historias que les permitan darle seguimiento informativo a la tragedia. Según la guía de Naciones Unidas, puedes encontrar puntos de partida para tus piezas si:

1. investigas el funcionamiento de los sistemas de alerta ante fenómenos naturales, que en muchas ocasiones presentan importantes deficiencias

2. encuentras fallas en los planes de ordenamiento urbano, y

3. preguntas por la falta de preparación de los departamentos de gestión de crisis

Otra buena fuente de información en torno a este tema es el documento “Disaster Programme Information and Reporting”, redactado por la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, que explica entre otra cosas cómo recopilar datos en lugares que han padecido una catástrofe.

El Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) también ha editado un texto con interesantes recomendaciones para guardar en el celular o descargar gratuitamente como PDF llamado “Disaster and Crisis Coverage”.

Cursos

Un sinfín de organismos públicos y privados ofrecen cursos concebidos pensando en personas que han de trabajar en áreas afectadas por desastres naturales, entre ellas periodistas. Un entrenamiento de este tipo puede ser muy útil, contribuir a evitar errores innecesarios y en ocasiones peligrosos y es siempre recomendable. Pregunta en tu redacción porque a veces el mismo medio de comunicación lo financia, con el fin de garantizar la seguridad de sus reporteros.

Riazul Islam nació en Dhaka, Bangladesh, donde trabaja como reportero desde hace ocho años. Islam ha sido redactor en diversos periódicos y ha colaborado además con el servicio en bengalí de Deutsche Welle. Acutalmente se encuentra en Alemania cursando el máster International Media Studies.

Traducción: Luna Bolívar

Date

diciembre 10, 2012

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