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Periodismo de calidad en la era digital

“Una persona normal apenas puede juzgar la calidad periodística”

En los debates acerca del futuro del periodismo, una frase suele escucharse con frecuencia: “necesitamos más calidad para sobrevivir”. Pero ese concepto de calidad es con frecuencia vago. Muchas veces se define intuitivamente o en función de anécdotas, más que a partir de investigaciones fundadas o de un análisis racional.

Wolfgang Schweiter

¿Qué puede hacer el periodismo en este caso? Los profesores alemanes Wolfgang Schweiger y Juliane Urban han buscado respuestas. El capacitador y director de proyectos de DW Akademie Steffen Leidel conversó con Schweiger sobre las sorprendentes conclusiones a las que llegan en un estudio dedicado a la noción de calidad en la profesión informativa.

DW Akademie: ¿Cómo mide la ciencia la calidad del periodismo?

Wolfgang Schweiter: En la tradición alemana, lo hacemos desde un punto de vista normativo. Para nosotros, el periodismo tiene que cumplir con una serie de funciones constitucionales y sociales y a partir de su adecuación a esa norma determinamos el nivel de calidad.

En Estados Unidos, por el contrario, la calidad se mide desde la perspectiva del receptor. La pregunta de partida es qué noticias percibe la audiencia como de calidad. Esto hace que variantes como el entretenimiento, el atractivo de la información o el interés del tema sean relevantes, mientras que en Alemania no lo son.

¿Y qué variantes tiene en cuenta la aproximación normativa?

Por un lado, la diversidad y la imparcialidad. Es importante que la cobertura de opiniones, personajes y hechos sea objetiva y considere diferentes puntos de vista. Por otro lado, las noticias tienen que ser relevantes y dar respuesta a las cinco preguntas fundamentales, además de ser fáciles de aprehender, apropiadas y exactas.

Dos definiciones que distan bastante la una de la otra…

Al tratar la calidad en el periodismo siempre nos vamos a ver enfrentados a un conflicto. ¿Queremos producir noticias que el público valore como interesantes o queremos ofrecer noticias cuya calidad se corresponda con la función social que le adjudicamos a esta profesión?

¿Significa eso que las noticias que el público considera interesantes no cumplen con la función social del periodismo?

Depende del mercado que se observe. Algunos estudios identifican una correlación entre las dimensiones normativas de la calidad y el éxito entre la audiencia. Eso demuestra que las noticias de calidad son mejor acogidas por el público. Pero también hay investigaciones que deducen todo lo contrario: cuanto más sensacionalista, más interés despierta. No existe una respuesta clara a la pregunta de si a la audiencia le gusta la calidad o no.

¿Qué diferencia su estudio de otros?

Que nosotros no nos hemos centrado sólo en medir la calidad del contenido que generan los medios, sino que hemos analizado si el público es capaz o no de juzgar esa calidad, atendiendo a las piezas periodísticas por separado.

Cuando se le pregunta a los alemanes por periódicos como el Süddeutsche Zeitung, revistas como Spiegel o noticieros televisivos como Tagesschau, todos coinciden en que son buenos. Es una respuesta estándar, socialmente aceptada, que refleja uno de los problemas de la investigación social empírica: que la gente tiende a decir lo que cree que debe. Por eso intentamos descubrir qué opinaba la audiencia de programas o artículos al margen de la marca mediática.

¿Y qué procedimiento siguieron?

Recurrimos a un experimento clásico. La mitad de los participantes recibieron un reportaje que era realmente bueno, la otra mitad uno que era muy malo. Después, comparamos la evaluación de la calidad que cada grupo hacía de la pieza que le había tocado.

¿Con qué resultado?

Por una parte descubrimos lo que nos esperábamos: que la capacidad del público de juzgar la calidad es muy limitada. Pero, sin embargo, nos sorprendió mucho que esa habilidad fuera independiente del nivel de educación, la competencia mediática y la edad. Creíamos que la formación y el trato frecuente con la prensa influirían en el resultado.

¿Qué conclusiones sacan de eso?

Que, en mi opinión, una persona normal y corriente, sin que importe su nivel de educación, carece de los parámetros mentales necesarios para estimar si una pieza periodística es de calidad o no.

¿Qué implica eso para la prensa? ¿Son buenas o malas noticias?

Ésa es una pregunta clave. En un primer momento se podría deducir que la calidad no importa porque la audiencia no la percibe. Pero eso sería una simplificación.

Nuestro estudio también ha demostrado el papel destacado que juega la imagen de la marca mediática en la confianza que despierta en el público. Si la calidad se reduce, a corto plazo la gente no lo nota. Pero cuando finalmente se da cuenta, repercute negativamente en la imagen y eso tiene repercusiones a largo plazo. Puede llevar, por ejemplo, a una reducción considerable de la circulación.

Por eso, yo advierto siempre a los medios de los peligros que entraña el poner en riesgo su patrimonio más preciado, que es la confianza de los lectores, oyentes, espectadores o usuarios.

Entrevista: Steffen Leidel
Traducción: Luna Bolívar

Date

diciembre 19, 2013

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