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Periodismo de calidad en la era digital

Lecciones de un curso multimedia

Desde que el periodismo descubrió Internet, lo de multimedia está de moda. Pero como suele ocurrir cuando muchos siguen una corriente, no todo lo que se produce en medio del flujo es bueno ni tampoco enriquecedor. Steffen Leidel es capacitador de DW Akademie y organiza con frecuencia cursos sobre el trabajo multimedia. Acerca de lo que en ellos se aprende nos habla en las siguientes líneas:

Cada curso multimedia es diferente y, sin embargo, en la mayoría de ellos se llega a conclusiones similares. La primera y principal: para manejarse con soltura en el mundo de la técnica y las herramientas informáticas se requiere paciencia y constancia.

Esto es como una carrera de fondo. En el arranque la moral está alta y domina la confianza en el éxito, hasta que el ácido láctico empieza a acumularse en los músculos. Entonces hace acto de presencia el temido punto muerto, que lo vuelve a uno presa de la frustración, de la ira y del deseo de abandonar (¿quién me manda a mí a meterme en esto?). Pero alcanzada la meta y presionado el button de publicar, la dosis de hormonas de la felicidad que recorre la sangre produce un sentimiento de euforia.

El trabajo multimedia, como todas las actividades creativas, pone los nervios a prueba. Y aún así, no tiene porqué degenerar en estrés puro. Aquí os presento algunos consejos para dedicarse a él sin que sufra el ritmo cardiaco.

1. No pretendas lo irrealizable

Internet es el medio de las posibilidades infinitas. La tentación de aprovecharlas todas es grande. Pero, por desgracia, eso no suele repercutir en un beneficio para el usuario. Al contrario: con frecuencia lo relega al olvido. Muchos especiales multimedia están sobrecargados, crujen y se agrietan bajo el peso de tanta foto, tanto vídeo y tantos sonidos. Los autores, entusiasmados con la técnica, dejan la historia que habían venido a contar de lado. Por la Red circulan un sinfín de audio slideshows y video slideshows de tramas triviales y dramaturgias mediocres, numerosas fotos desenfocadas y vídeos movidos. Sé consciente de tus límites y fíjate plazos de tiempo.

2. La historia determina el formato

La primera lección que aprende todo participante en un curso multimedia: antes de lanzarse a la calle cámara y micrófono en mano, piensa qué quieres contar. Y cuando lo tengas claro, reflexiona acerca del formato (sonido, vídeo, fotografía) que más se adecua a la historia. Te sorprenderás de las muchas veces en las que el simple texto sigue siendo el más propicio de todos los formatos, lo que no debería ser motivo de decepción. Trabajos multimedia que sólo existen para que un periodista pueda grabar un video o un poco de sonido no le aportan nada a nadie.

Y si finalmente te decides, por ejemplo, a presentar las fotos por medio de un slideshow, medita si sería mejor un video/diashow con un único botón de play o una galería de imágenes para pasar manualmente. Los formatos lineales le marcan la velocidad al usuario. A muchos no les gusta y prefieren mirar a su ritmo.

3. La planificación lo es todo

Los mayores errores en el trabajo multimedia se cometen antes de haber hecho la primera entrevista. Muchas veces se filma sin ton ni son, se hacen cientos de fotos, se graban horas de sonidos y conversaciones. Y en la producción final, llega la decepción. Precisamente el audio, el encuadre, que tanto se necesitan faltan, y por el contrario se han acumulado decenas de tarjetas de memoria llenas material inservible. Por eso recomiendo tener desde el principio muy en cuenta qué se necesita para el reportaje, qué aspecto se quiere que tenga el producto una vez terminado. Haz un guión.

4. Comprueba el funcionamiento de los aparatos

Es increíble cuántos participantes en cursos multimedia acuden a las entrevistas con las baterías vacías o las tarjetas de memoria llenas. De repente, ya no se acuerdan de cómo se conectaba el micrófono externo a la Kodak-Zi8 o de cómo se le quitaba el flash automático a la cámara de fotos. Así que, por favor: nunca acudas a una cita sin haber comprobado antes el funcionamiento de los aparatos y haber hecho algunas grabaciones de prueba.

5. La calidad sí que importa

No en pocas ocasiones habrá escuchado de boca de algún compañero el comentario: “¡Ah, es para Internet! Entonces con esa calidad basta”. ¡No, no estoy en absoluto de acuerdo! También lo que producimos para la Red tiene que estar sujeto a criterios de calidad. Videos movidos, fotos desenfocadas y sonidos malos ya encontramos suficientes en Facebook y Twitter.

6. No dispares, toma fotos

Aplicaciones como Instagram o Hipstamatic pueden mejorar el aspecto de una foto, pero ya está. Retocando una mala imagen no se consigue ningún efecto. La mayoría de las veces es una mera instantánea que no dice nada y sólo al autor le parece interesante. Cuando se fotografía hay que tomar decisiones: ¿dónde coloco el foco? ¿Cuenta la imagen una historia? Es decir, ¿merece realmente la pena?

Evita los planos generales inocuos. Acércate, capta los detalles desde diferentes perspectivas. Y ten en cuenta las condiciones lumínicas. No hagas retratos con flash en un despacho neutral. Tampoco coloques a sus protagonistas bajo un sol justiciero, de manera que la cara se les llene de sombras. Y sobre todo, ¡fíjate en el fondo! El fondo estropea muchas imágenes.

Nunca olvides que para un slideshow las fotos tienen que ser horizontales; las verticales producen unos feos márgenes negros. Fotografía siempre con la máxima calidad que te permita la cámara, eso facilita el posterior trabajo de edición.

7. Menos es, como tantas veces, más

Si los participantes en el curso no tienen experiencia en el campo audiovisual, la premisa reza: menos es más. El trabajo con imágenes en movimiento consume mucho tiempo y puede llegar a ser muy frustrante. A menudo, el material está movido o faltan tomas de corte, y los formatos y los códigos dan constantemente problemas.

Para la producción de videos sencillos recomiendo iMovie, ya que al menos en este último aspecto no suele complicar la vida. Más enredoso resulta Movie Maker. Si, por ejemplo, hemos usado una cámara Kodak-Zi8 y los archivos resultantes son .mov, hay que convertirlos primero en AVI porque Movie Maker no los reconoce, lo que puede llevar bastante tiempo si están grabados en HD (para convertir recomiendo el programa gratuito MPEG Streamclip).

Otra opción es recurrir a programas profesionales como Avid o Final Cut, pero para eso hay que saber usarlos y en realidad se necesita a un asistente durante el montaje. Quien grabe con un smartphone, una cámara flip o una Kodak compacta ha de ser consciente de que los aparatos pequeños casi nunca producen imágenes estables. Por eso: las entrevistas, en todo caso, siempre con trípode (aunque sólo sea un Gorillapod agarrado a una silla).

8. Concédele al sonido la atención que merece

Demasiadas producciones multimedia relegan el sonido a un segundo plano. Evítalo. Trabaja siempre que sea posible con micrófonos externos. Yo apenas uso la cámara flip porque sólo permite utilizar el micrófono que lleva incorporado. Éste funciona como uno omnidireccional y por lo tanto no sirve a la hora de grabar entrevistas en lugares con mucho ruido de fondo. A la Kodak-Zi8 se le puede al menos conectar un micro, con la desventaja de que entonces ya no quedan entradas libres para los auriculares. Y, en realidad, los auriculares son imprescindibles. Si se filma con una cámara réflex digital, el sonido, como en el cine, se debería grabar externamente, lo que lleva su tiempo.

Por lo demás, hoy en día hasta con un iPhone o un iPad se obtienen buenos resultados de sonido, teniendo en cuenta que cada vez existen más accesorios.

9. Sé estructurado en la producción final

Establece previamente el orden a seguir para procesar el material. En la vorágine de la producción muchos periodistas pierden la orientación y de pronto empiezan a surgir clips con nombres como “nuevo”, “final”, “último”, que se van guardando en un sinfín de lugares. De esta manera, si por ejemplo se trabaja en equipo, llega un momento en el que a nadie le queda claro cuál es realmente la versión definitiva.

10. Haz copias de seguridad

Suena banal, pero muchas veces se olvida: recomiendo guardar el material siempre por lo menos dos veces en dos lugares diferentes. Si se trabaja con un ordenador que no es el propio conviene usar un disco duro externo.

11. Kill your darlings

La investigación ha sido dura. Hemos recopilado sonidos contra viento y marea, nos hemos aplicado a fondo en la fotografía. Pero a nuestro usuario todo eso no le importa. Lo que él quiere es ver, escuchar, leer una historia. El darle forma nos obliga la mayoría de las veces a reducir considerablemente el material con el que contamos. Sometiéndolos al frío análisis, tendremos que reconocer que algunos de los audios y de las imágenes a los que les hemos tomado tanto cariño no le aportan demasiado a la trama. Así que: kill your darlings, aunque duela.

Traducción: Luna Bolívar

Date

octubre 4, 2011

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